miércoles, 21 de mayo de 2008

QUINTIN CABRERA: "QUE VIDA TAN DIFERENTE"


Quintín Cabrera es un cantautor uruguayo fuertemente ligado a las causas sociales.

Combativo representativo de su época, con canciones propias de aquellos momentos.

Defensor de las "causas perdidas" y ácida sátira humorística. Canta a la libertad, al amor, a la amistad y a la solidaridad.

Sigue siendo actual, como en aquella canción tan conocida:"Qué vida tan diferente,Sr Presidente"



la mía y la suya, Sr Presidente

Mientras que yo hago milagroscon agua y fideos

donde comen cuatro,

usted es un mago evidente

porque a un gesto suyo, brotan los banquetes.

Que poder más diferente
el mío y el suyo Señor Presidente.

Que poder más diferente. (para escuchar hacer click en el enlace).
Insurgente, publica hoy una milonga enviada por Quintín, su "parte médico", y quiero compartirla con ustedes.
Hace tiempo que no explico
como ando de salud,
no crean que mi actitud es esquiva, lo suplico.
Más bien, hoy me justifico.
No lloren, que eso me daña
pues me ha dado con tal saña
la fibrosis pulmonar
que hasta le veo brillar
a la Parca su guadaña.
De momento yo me esfuerzo
para seguir de este lado.
Cuesta trabajo y me enfado
porque pierdo fuelle, inmerso
en contradicciones, fuerzo
la lógica elemental
del que sufriendo algún mal
no ve bien lo que hay que ver:
que entre el querer y el poder
la distancia es abismal.
Eso sí: me paso el día
amorrado a la botella
…de oxígeno pues en ella
tengo alivio. Mas la vía
que me ata todavía
a este mundo que da grima
es Lole, pues ella anima,
se desvive, da calor,
a este humilde trovador
que con amor cuida y mima.
Así, con medio pulmón
igual yo sigo cantando
aunque no sepa hasta cuándo.
Porque tengo la ilusión
de que al darme con pasión
mi canto llega a la gente
y no suena diferente
aunque me falte el resuello
porque en él pongo mi sello:
digo las cosas de frente.
Por lo demás, todo igual.
Seguimos el mismo tema,
luchando contra el sistema:
el odiado Capital.
Causa de que todo mal
azote siempre a los mismos
que nos empuja al abismo
a quienes lo combatimosy en esas lides seguimosnos
condena al ostracismo.
Pero en fin, ya lo sabemos
y estamos en lo que estamos
aunque con la testa damos
contra muros y nos vemos
ninguneados, al extremo
que niegan nuestra existencia,
vamos ganando experiencia
a fuerza de tropezones
¡se me inflan los cojones
y se acaba mi paciencia!
Informo que me han llamado
de Puerta de Hierro, ¿sabes?
por fin ya se dan las claves
para el transplante esperado.
La verdad: estoy cagado
y ya no sé que pensar
porque dudo en esperar
que me pasen a cuchillo
y eso que no me acuclillo
por lo que pueda pasar.
¿Y si los “nuevos” pulmones
son de alguien que fumaba?
¿o al cantar desafinaba
o despreciaba mis sones?
Ya sé que los milongones,
los tangos y las milongas
se han hecho para el que ponga
el corazón en la boca
pero mi canto se toca
con un “fuelle que rezonga”.
Y por otra parte, hermano,
¿encontrarán un donantede
cien quilos, tan campante,
y de mi talla? No en vano
me preocupa. Es humano
que ahora entre a recelar,
porque bien puede pasar
que fuera de misa diaria.
O peor que la malaria:
que haya sido militar.
No creamos en las hadas:
ningún obispo será.
Es que nada nos dará
porque ésos no dan nada.
Menos aún, camarada,
será un militarote
ni un político que azotea
la gente con sus leyes
¡y para qué hablar de reyes,
y abogados zopilotes!
Claro que bien puede ser,
como pienso en mis desvelos,
que el hombre subió a los cielos
siendo tenor. Hay que ver
que también pudo tener
dotes de saxofonista,
o mejor: de trompetista,
o vendedor de mercado.
Visto así, por este lado,
no hay duda que se resista.
Es palmario y evidente
que sería lo mejor
un atleta, un corredor
de fondo. Inteligente
es pensar en esa gente
que va al bosque a respirar.Mas no me quiero engañar
y que salga lo que salga
¡aunque sea con las nalgas,
pueda volver a cantar!
Éste es mi parte de guerra.
Habrá más si sobrevivo
y cuando no sea cautivo
de esta tos maldita y perra
seguiré por esta tierra
con mi guitarra campera
milongueando a mi manera.
Ahora les manda un saludo
y un abrazo cojonudo
el gaucho Quintín Cabrera.
Un abrazo a Quintín, que te recuperes pronto! Una vez más darte las gracias, estás en el pensamiento de muchos que comparten tus ideas, tu ejemplo y tu entrega. Sigue peleandolas, Quintín!

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