Argentina: Luchemos por la libertad de Freddy y Marcelo

(AW) Freddy Fuentevilla y Marcelo Villarroel son dos militantes chilenos, presos políticos en nuestro país. En huelga de hambre desde el 17 de noviembre, los compañeros luchan para que se les otorgue la libertad y el refugio político. Sometidos a una detención injusta y en condiciones deplorables, ambos siguen luchando para visibilizar su caso que requiere, como todos, de nuestra activa solidaridad.

(Buenos Aires, 7/12/2008 Agencia Walsh) Freddy Fuentevilla y Marcelo Villarroel, ambos militantes chilenos, son dos presos políticos en Argentina, que engrosan la larga lista de perseguidos por luchar.

Alojados en la Unidad Policial Nº 11 de la provincia de Neuquén, sufren todo tipo de violaciones a los derechos humanos más básicos y elementales. Su caso representa, con notable claridad, cómo el Gobierno K arremete contra las organizaciones sociales más combativas.

En huelga de hambre desde el 17 de noviembre, ambos compañeros siguen luchando desde la prisión para visibilizar su situación y exigir su libertad.

En aquella oportunidad emitieron un comunicado en el que informaban que su medida estaba motivada por tres condiciones principales: "la liberación de todas y todos los combatientes populares presos por luchar"; "el refugio político en Argentina" y "un trato digno en las condiciones de detención".

En dialogo con la Agencia de Comunicación Rodolfo Walsh, Eduardo "Negro" Soares, su abogado, brinda precisiones sobre las innumerables injusticias cometidas contra ambos: "Los dos compañeros ingresaron a la Argentina requeridos por la justicia chilena, que persigue a miembros de la organización Mapu Lautaro. Son detenidos inmediatamente y sometidos, inéditamente, a un proceso de expulsión en lugar de un proceso de extradición".

Soares, con absoluta docencia, detalla las causas de esta decisión. "La Justicia chilena tiene, como herencia de la dictadura pinochetista, un régimen de doble imputación, y por lo tanto, una doble condena: un tribunal ordinario civil y un tribunal militar. Esto sin excepción. En Argentina, esta legislación es inconstitucional y, además, una de las causales para negar la extradición. La propia Ley de Extradición dice taxativamente que en aquel país donde haya doble imputación, ésta no debe ser concedida". "Por eso –agrega – hemos ganado todas las causas de extradición a Chile. El Gobierno, sabedor de esta situación, decide, en vez de un proceso de extradición, decretar la expulsión del país".

Las palabras de Soares fundamentan la situación actual de los compañeros. El Gobierno argentino, campeón verbal en la defensa de los Derechos Humanos pero violador sistemático en la práctica decreta, en efecto, la expulsión porque, argumenta, los compañeros entraron ilegalmente al país.

Voces que jamás se animarían a declararlo en público, aseguran que las razones a tal decisión se explican porque la propia presidenta chilena, Michelle Bachelet, le habría hecho la solicitud en tal sentido a Cristina Fernández de Kirchner que, amable con estas cuestiones, habría accedido a complacer a la mandataria trasandina, en perjuicio de los derechos de los compañeros.

La defensa de Freddy y Marcelo agotó la vía administrativa –requisito indispensable para iniciar una causa contra el Estado- pero todos los dictámenes denegaron la anulación de la orden de expulsión.

Luego, con asombrosa celeridad el Comité de Elegibilidad para los Refugiados (CEPARE), la autoridad competente para resolver las solicitudes de asilo, denegó en 24 horas el refugio político a los compañeros. 24 horas después, el Ministerio del Interior, clausuró esa posibilidad. Así, en 48 horas, el Gobierno argentino negó el refugio político, quebrando una larga tradició en la materia que esta gestión ya se había encarado de pulverizar en el caso de los compañeros paraguayos.

Actualmente, esta decisión se encuentra apelada ante un juez federal en lo civil de Neuquén, proceso que podría llegar a la Corte Suprema de Justicia y que, en efecto, implicaría más de un año y medio de espera.

Como si cada una de estas situaciones no contemplaran ya una absoluta violación a los Derechos Humanos y un atropello institucional de considerable valor, las condiciones de detención de los compañeros no hacen más que potenciar la injusticia.

Alojados en una Unidad Policial (Neuquén no tiene Servicio Penitenciario Provincial ni cárceles provinciales) los compañeros pasan 22 de las 24 horas de cada día, totalmente aislados, agravando las condiciones de vejación. Así llevan más de ocho meses injustamente detenidos, por los que no tienen más remedio que arriesgar su propia integridad mediante una huelga de hambre líquida que representa la forma más cabal de luchar por su liberación y denunciar al Estado argentino.

Según han consignado en el documento que suscribieron al iniciar la huelga de hambre, solicitan el refugio político en nuestro país debido a que en Chile "no existen garantías de ningún tipo para un debido proceso".

"Se nos persigue e incrimina bajo una infinidad de pruebas falsas. Nos juzgan fiscalías militares y jueces civiles, se tortura y se encarcela para matar. Solicitamos la anulación de la orden de expulsión. Revisión de la negativa rápida e irregular que operó en nuestras solicitudes de asilo", agrega el comunicado en el que, además, puede leerse: "Solicitamos la igualdad de deberes y derechos con que cuenta toda persona detenida, y el fin a los más de 5 (cinco) meses confinados en un contenedor de personas llamado 'buzón'".

"Estos son nuestros motivos y razones que hoy nos guían. No podemos guardar silencio ni ser meros espectadores de la cotidiana lucha contra todo el entramado carcelario que aniquila a miles de pobres en Latinoamérica y el mundo. Nuestra decisión es un grito de convocatoria a todos aquellos sectores concientes de pueblos y comunidades que luchan por emanciparse. Es, también, una convocatoria a mirar la realidad sabiendo que hay presas y presos que en una continuidad histórica representan esfuerzos humanos y colectivos claramente revolucionarios, libertarios que no han cesado en los intentos por querer vivir libres, dignxs y felices", sostiene la misiva.

En la misma, dos párrafos resumen la situación de persecución a un lado y otro de la Cordillera. "En Chile es el estado policial el que manda y lo hace con brutalidad y a la vista y paciencia de una mayoría cómplice. Los módulos de alta seguridad, los montajes mediático policiales, el acoso y seguimiento permanente, los micrófonos en casas y lugares de reunión, la tortura, son el trato diario que nos dispensa la señora Bachelet".

"La Argentina de los Kirchner, democrática y generosa acaba de expulsar definitivamente a los compañeros campesinos paraguayos, dejándolos al arbitrio de la clase política paraguaya servil a los intereses yankis. Asimismo mantiene a miles de personas encerradas en penales y unidades de detención bajo tratos y condiciones inaceptables".

En tanto, la semana pasada la requisa de la Unidad Policial les negó a los compañeros de la Red de Apoyo el ingreso de bidones con agua mineral para Freddy y Marcelo. El agua mineral, en una huelga de hambre, es por demás necesaria. Por el estado de salud, que comienza a debilitarse ante la ausencia de alimentos, beber agua de la red tendrá consecuencias inmediatas. Se le suma a esto que los cortes de agua en la Unidad son constantes, por lo que los compañeros pueden enfrentar en lo inmediato la situación de no tener qué beber.

Freddy y Marcelo han adelgazado 7 kilos cada uno en estos 20 días de huelga de hambre. Se encuentran encerrados en celdas individuales, sin poder salir a patio y ver luz natural y con restricciones inadmisibles como el ingreso de diarios, revistas y libros; y ahora, agua mineral.
De esta forma, el apoyo concreto de todas las organizaciones sociales políticas, de derechos humanos e individuos en particular, es no sólo necesario sino urgente.

Debemos brindar los mejor de todos y todas para poner en juego la solidaridad activa y garantizar la lucha y la vida de estos combatientes populares.